Todo comenzó jugando al tenis con mi hijo, iba varios días a la semana a jugar con él y después de terminar comenzaban unas molestias en la parte inferior de la rodilla, bueno, lo que los fisioterapeutas llamamos rótula, un hueso, para que lo entiendas, que da bastante guerra.
Este dolor de rodilla no se quitaba y empecé a hacer ejercicios de estiramientos y fortalecimiento que se suelen hacer en la fisioterapia de León, de los que mandaba yo, pero el dolor no mejoraba. Sin embargo, cuando le ponía unas corrientes y hielo parecía que iba mejor.
Por aquel tiempo jugaba bastante al pádel. Un día en la pista fui a coger una pelota baja con la rodilla y la cadera doblada y noté cómo se desgarraba algo, fue como el sonido de cuando se rompe una sábana. La verdad es que me di cuenta de que había sido serio, pero seguí jugando. Al llegar a casa se inflamó pero podía caminar así que hablé con una amiga médico que me valoró y me pidió una Resonancia Magnética (lo que llamáis tubo que suena mucho) y una Gammagrafía de rodilla (esto me lo pidió por descartar esa cosa mala que anda por ahí y ya la tuve). Por suerte la gamma salió bien, pero la resonancia salió con un diagnóstico de Condromalacia Rotuliana de grado 4 con fisura del cartílago (en cristiano, desgaste y rotura del cartílago de ese hueso que te comenté arriba.) Resumiendo, una avería toledana.
Volví a ver a mi amiga y me dijo que si me seguía doliendo me podía poner ácido hialurónico en la rodilla. En ese momento decidí esperar.
En la soledad del dolor empecé a tener claridad. Me dije verdad, la rodilla estaba mal, la causa era no tener fuertes las piernas, así que pasaron los días y la inflamación bajaba, pero la rodilla no doblaba del todo y todavía cojeaba. Así que decidí tumbarme en la camilla y empezar a doblar la rodilla con una sábana.
Al principio tenía miedo porque mi mente me decía todo el rato: “¿y si la rompo?”, “¿y si me pasa algo?”, “¿y si me quedo así?”
Bueno pues la pude controlar y tuve mucho dolor al hacerlo, pero al ponerme de pie noté que la sensación era mucho mejor, entonces empecé a repetirlo. Todo fue bien, pero cojeaba un poco.
Entonces mi amiga me dijo que empezara caminando y sus palabras me vinieron a la mente y empecé a caminar. Hubo un tiempo que hacía caminatas de 17 km al día. Caminé tanto que parecía Forrest Gump y aún hoy mantengo esa intensidad.
El dolor seguía muy vivo, pero lo tranquilizaba con hielo y estiramientos. En esa época no hacia cuestas ni las bajaba.
Cada día iba mejorando, pero no estaba bien, en la cama y al estar sentado me dolía. Era un dolor fino e incómodo, pero al pasar un año conseguí sentirme mucho mejor y sólo con un dolor difuso.
Así que decidí ponerme la magnetoterapia de toda la vida (otro tubo famoso de rehabilitación). Si en ese momento hubiera tenido el Sistema Súper Inductivo, el dolor de rodilla habría evolucionado mejor. Y cuál fue mi descubrimiento, que el pequeño dolor que tenía desapareció y volví a notar como mi rodilla estaba como siempre.
Gracias a mi lesión de rodilla he aprendido mucho sobre cómo funcionan. Sé lo que va bien y va mal (me refiero a mí, tú a lo mejor necesitas otra cosa, pero ya estoy yo para descubrirlo).
Qué fue bien en la Condromalacia Rotuliana:
1. Buen diagnóstico (con resonancia) y rápido. Consejo: si has perdido la salud no negocies por recuperarla.
2. Paciencia, al final todo pasa.
3. Perseverancia y esfuerzo. Sin esto no hay nada.
4. Hielo, mucho hielo siempre al acabar de caminar todos los días.
5. Caminar, esto fue un antes y un después, además ha pasado a ser un hábito muy saludable.
6. Estiramientos
7. Magnetoterapia, bueno ahora mucho mejor el Sistema Súper Inductivo.
8. Desde el primer día higiene postural para la rodilla, sillas altas, coche alto, no doblar las rodillas mucho tiempo al estar sentado.
Lo que no me vino bien los primeros años fueron los ejercicios en camilla de fortalecimiento, las sentadillas, las corrientes tipo tens e interferenciales.
En deportes solo caminaba, pero me dejaba esquiar, pero al subir en la silla dolía. Al pádel podía jugar. La bicicleta hasta después del segundo año nada, ahora sin problema. Además, viene muy bien para liberar la cadera por el impacto de caminar tanto.
A partir del 4º año comencé a hacer sentadillas sin ninguna molestia. También subo y bajo cuestas con desnivel y la rodilla no se resiente de nada.
Después de ocho años puedo decir que no tengo dolor en la rodilla. Hay algún día que tengo alguna molestia, pero sin más y un chasquido de vez en cuando que hace años eran habituales. Esto se debe a que la rodilla ya tiene bastante fuerza.
Bueno esto es lo que me pasó con mi dolor de rodilla. El mensaje que te quiero dejar es que apliques el sentido común y sobre todo escuches a tu rodilla que es la que te va a decir lo que va bien o mal. Eso sí ha sido un trabajo intenso y duro que empezó poco a poco y que con perseverancia y sacrificio me llevo a donde estoy.
Si quieres solucionar tu dolor de rodilla esta es tu Clínica de Fisioterapia de León, donde el que te va a solucionar tu problema sabe sólo un poco de rodilla (es broma).
Solo tienes que tomar acción para solucionar tu dolor de rodilla porque la solución la tienes tú primero.
Pide cita aquí en el botón verde, porque lo que hoy no es nada, mañana se podría complicar.